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Un híbrido de rosa y cítrico con el que un jardinero solo podría soñar. El perfumista Christophe Raynaud quería que esta rosa no fuera demasiado aderezada, y la simple adición de cítricos le dio a la Reina de las Flores una feminidad fresca. El resultado final: un alegre himno a la creatividad y al arte del contrajuego.
Una alegre fragancia de rosa, refrescada con mandarina y bergamota bajo un velo de almizcle de algodón.
Acerca del perfumista: Las fragancias de Christophe Raynaud se destacan por su presencia y resplandor. Son elegantes, pero lo suficientemente audaces como para dejar huella. "Una hermosa estela es el elemento clave", señala. Por esta razón, su búsqueda es componer aromas que perduren y se recuerden. Se sumerge en el proceso de creación, vertiendo su pasión en cada acorde y cada nota. “La rosa es mi pasión. Tiene muchas facetas. Es sorprendente y no tiene límites”.
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