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Impuestos incluidos
Este perfume invita al tacto, evoca una caricia sobre la piel desnuda, el toque sensual de la piedra de una escultura. Íntimo pero no inocente, dejará una elegante estela de madera de gaiac e iris durante varios días en tu prenda favorita.
Una delicada caricia, el acorde divinamente amaderado y empolvado de esta fragancia enamora la piel, bañándola de luz para dejarla recubierta de una increíble textura aterciopelada.
Los diáfanos pétalos de la flor se tiñen de nota de fresia. Temblando de placer, la piel susurra su perfume, exaltado por el higo, la rosa, el cedro y el almizcle. Su tez se ruboriza ante el beso dado en los labios desnudos de una boca sonriente, floreciente.
Creado por Alexandra Monet.
El diseño del frasco de los perfumes de La Bouche Rouge se inspiró en sus otros objetos icónicos: hermosos, elegantes, funcionales y responsables. Un placer para los que se cruzan con ella. El resultado es una botella recargable de 100ml cubierta con un spray giratorio, alojada en un estuche de cuero completamente hecho a mano.
El cuero, al igual que para la línea de maquillaje, proviene de las prestigiosas Tanneries de Puy, y está certificada por el sello ‘entreprise du patrimoine vivant’. Completa el frasco, viniendo en 5 colores cuidadosamente elegidos para ilustrar el nombre y la personalidad de cada fragancia.
Por primera vez en 50 años, La Bouche Rouge le pidió a un vidriero que abandonara sus hábitos existentes en la búsqueda del desperdicio cero.
La Bouche Rouge está poniendo fin a esta locura derrochadora para el siglo XXI.
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