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Con la colección Altaïr, Trudon viaja al desierto y a las dunas de arena: la fragancia amaderada y floral presenta el fuerte carácter del oud mezclado con la delicadeza de una cálida peonía.
La llamada del desierto
Sensual y opulenta, Altaïr es una fragancia amaderada-floral: mezcla de oud y peonía, ofrece una inmersión sensorial que evoca el calor del desierto, sus vientos arenosos y sus flores envolventes.
Utilizando tonos cálidos y ambarinos, la colección reinterpreta las dunas de arena de una forma moderna y gráfica: su diseño juega con luces esculturales y sombras doradas, con ondulaciones cambiantes en la superficie del desierto y elementos geométricos clave. Altaïr nos transporta a un destino majestuoso y onírico.
El difusor de 350 ml Altair encapsula esta esencia evocadora en un formato sofisticado y funcional. Diseñado para perfumar elegantemente cualquier espacio, su fragancia se libera de manera continua a través de sus varillas, ofreciendo una experiencia olfativa intensa y duradera.
Creado por la perfumista Émilie Bouge (Robertet), Altaïr revela una atracción inconfundible por las tierras lejanas: «Compuse Altaïr como una fragancia opulenta, elegante, desnuda y decididamente moderna: su aroma exótico, suave y envolvente nos transporta a un destino imaginario», explica la nez. La dualidad amaderada-floral de Altaïr atrae de inmediato: una cálida peonía se funde con la fuerza del oud; además, se revela con una nota profunda y texturizada de cuero y gamuza.
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