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No. 1 es un embriagador perfume de la Original Collection de Clive Christian que se lanzó en el año 2001 y que esta casa de perfumes se ha encargado de implementar los mejores elementos de alta perfumería en la elaboración de esta fragancia. Contiene un 20% de concentración de perfume con acordes bastante delicados que son característicos en No. 1 en su fino equilibrio de 248 ingredientes que Clive Christian recolecta en sus viajes en un afán de usar extractos verdaderamente únicos para elaborar todas sus fragancias, esta fue la culminación de su esfuerzo. Es considerado como la joya de la corona.
Un perfume con notas de salida afrutadas de ciruela Mirabel, melocotón blanco, bergamota, piña, y limón de Amalfi (lima de Amalfi), pimentón dulce (paprika) y cardamomo que se desenredan lenta y sensualmente para revelar un corazón lleno de ylang-ylang, iris, jazmín, clavel, orquídea y rosa una flor simbólica de los jardines de amor y belleza de Afrodita para finalizar con un fondo impregnado de un dulce y cremoso velo de sándalo, vainilla, benjuí, haba tonka, ámbar, almizcle y cedro de Virginia.
Cada gota de esta fragancia se encuentra embotellada en un vanguardista frasco dorado con un complejo diseño Chinoiserie que transmite una inigualable singularidad gracias a sus colores sobrios, perfectas líneas, marcados relieves y una tapa en forma de corona del mismo color que encierra esa elegancia característica de esta casa de perfumes y que además de dejar tu piel impregnada de aromas sutiles podrá adornar cualquier espacio a la perfección.
En el año 1999 Clive Christian adquirió la perfumería Crown en Londres que obtuvo su nombre gracias a la Reina Victoria, usando de igual manera su nombre y su corona como símbolo de calidad y excelencia. La formulación clásica de Clive Christian le ayudó a crear un nuevo nivel en la alta perfumería, por esto era la favorita de la reina y que nace de necesidad de las damas de la sociedad victoriana de utilizar aromas revitalizantes que les permitieran aguantar los corsets y ropajes utilizados en la época. Inicialmente, se usaban sales de amoníaco, que olían muy mal, y fue precisamente el hijo de un fabricante de corsets quien tuvo la idea de crear una fragancia revitalizante, pero que oliese bien, lo que trajo como resultado un éxito instantáneo.
Debido al posicionamiento en la corte por parte de la Reina, esta empresa tuvo acceso a todas las rutas comerciales con los perfumes, permitiéndole utilizar los ingredientes naturales más extraños, puros y costosos que se podían usar en perfumería. Las primeras creaciones de esta casa de perfumes se vendían a bordo del Titanic.
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